

por Pinazo, D. y Carrero, V. (Universitat Jaume I)
La incorporación a un nuevo puesto de trabajo supone para el trabajador la necesidad de atender a nuevos mensajes cuya significación es ambigua, generando tensión e incertidumbre. Son varias las fuentes de tensión propias del inicio de una nueva experiencia laboral. Destacan entre ellas, el deseo de comportarse de un modo aceptable para los compañeros y supervisores, o el desconocimiento de los riesgos laborales del nuevo puesto de trabajo.
El trabajador debe descubrir, comprender y asumir como propias las actitudes (evaluación del conjunto de creencias y valores que guían la acción) requeridas para su integración y buen rendimiento en la empresa.
Necesita comprender las claves de estas actitudes, debe aceptarlas y comprometerse con ellas como el mejor modo de evitar ser rechazado en el entorno social o ser víctima propiciatoria de los riesgos laborales presentes. Por ello, es deseable la presencia en la empresa de una cultura de comunicación que acoja de forma ordenada los mensajes que orienten al recién llegado en su nuevo puesto de trabajo.
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